Soy Mark, tengo treinta y dos años de edad. Hace tres me detectaron diabetes tipo 1 y desde ese momento mi vida cambió. Siempre fui una persona depresiva, con una piel de papel a la cual el más mínimo soplido del viento desbarataba mis sentimientos y mi percepción de las cosas. Fui demasiado débil en cuestiones emocionales, así que cuando me dieron la noticia de mi enfermedad física, tuve a mal enredarme yo solo en una enfermedad mental y espiritual: el Alcoholismo.
Poco a poco fui cayendo en un abismo de tristeza, depresión, soledad y desesperación, cuando menos me di cuenta ya bebía todas las noches, llegaba tarde a casa, comencé a serle infiel a mi esposa, falte a las responsabilidades para con mi hijo, me aleje de la familia, abandone el medicamento que regulaba mi glucosa en la sangre; en pocas palabras le perdí el sentido a la vida y sin darme cuenta estaba autodestruyéndome.
A causa de mi alcoholismo y mi mala administración adquirí deudas, lleve mi negocio a la quiebra, comencé un romance extramarital con una persona 14 años más joven que yo, le falte al respeto a mi hogar y a mi familia.
Las deudas seguían creciendo y mi vicio también, en un solo día perdí todo… esposa, negocio, local comercial, donde dormía después de que abandone mi hogar. Tuve que regresar a vivir a la casa de mi madre porque una noche me vi de pronto en la calle con tan solo unas cajas de cartón que en su interior tenían únicamente algo de ropa. Mis bolsillos y mi alma estaban totalmente vacíos.
La primera noche que dormí en un catre de un cuartito de azotea, solo y desolado comprendí que había tocado fondo.
Tiempo después y poco a poco me fui (y sigo aún) levantándome, estás líneas expresan muy poco o casi nada del tormentoso infierno que viví, sin embargo quiero decirte que si se puede reconstruir una vida a partir del fondo.
Si necesitas ayuda no dudes en escribirme: ciber-nucleo@hotmail.com
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